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Las Vacunas, los Daños por Vacunas, y mi Perspectiva como Médico y Mamá

Dra. Rachael L. Ross, M.D., PhD

Dra. Rachael L. Ross, M.D., PhD

Por la Dra. Rachael Ross – Una carta de disculpa: He ordenado miles de vacunas en mi carrera como médico. Hasta hace poco nunca habría considerado a las lesiones por las vacunas como más que folclore. Hace semanas atrás nunca hubiera creído una historia acerca de los trillizos heridos por las vacunas… Así que las últimas semanas han sido difíciles. He luchado para dar sentido a todo lo que he visto y he aprendido. Conocí a una madre de trillizos el otro fin de semana, una mujer blanca muy atractiva, con paso signos del tiempo en su cara y su sonrisa. Ella me recordó el día en que nacieron sus trillizos. Ella y su marido, a continuación, se quedaron sorprendidos de que fuera capaz de llevarlos durante 36 semanas.

En ese momento, la mamá estaba tan feliz de que estuvieron dentro de ella el tiempo suficiente para madurar, y nacieron perfectamente sanos. Me identifico totalmente ya que estoy ahora de doce semanas postparto. Yo tenía preocupaciones muy similares con mi pequeña princesa. Ella bajo su mirada, cuando le di una sonrisa cordial de excitación. El mismo día en que sus trillizos fueron a su chequeo y recibir las vacunas de los seis meses, fue el mismo día en que los tres de sus hijos cambiaron. Ella dijo que era como si alguien sustituyera a sus hijos con unos nuevos. Ellos desaprendieron todo lo que sabían… retrocedieron y gritaron durante días. Me quedé inmóvil y sin habla. Ella no quería mi piedad, ni mis lágrimas, ella sólo quería que yo lo supiera.

Soy una nueva mamá, hermana, tía, prima, amiga, y un médico de medicina familiar. Soy de un pequeño pueblo llamado Gary, Indiana. Como cuestión de hecho, practico la medicina a las dos cuadras de la casa donde, junto con mis ocho hermanos y hermanas crecimos. Mi padre compró la casa en los años 60, después de conocer a mi madre. Ambos emigraron al centro del país para escapar de la tensión racial flagrante del sur profundo, y el resto es historia.

En nuestra pequeña ciudad la sala de emergencias lleva el nombre de mi padre por toda la gran atención médica que ha proporcionado a través de los años. Durante el boom económico incluso donó dinero para construir parte de la sala… Es un tipo muy especial; ambos nos podemos sentar y estar uno con el otro durante horas a la vez. Siempre he sido una niña de papá.

Volví a casa para practicar medicina en nuestra pequeña ciudad después de pasar ocho años en Nashville, TN. Hice mi trabajo de grado en la Universidad de Vanderbilt. Después de la graduación fui a la escuela de medicina en el Colegio Médico Meharry, el alma mater de papá, y con mis dos hermanas Ruth y Rebeca.

Nuestra clínica de gestión familiar es a veces mi orgullo y alegría, y otras veces la pesadilla de mi existencia, lo siento. Mi hermano Nathaniel es el director (dice que va a extrañarme estando embarazada porque yo era mucho más agradable). Mi madre Ruthie es la gerente (ella espera que llevemos nuestros guardapolvos blancos, incluso cuando el aire acondicionado está apagado). Mi papá, el médico más inteligente y con más encanto que he conocido, tiene 86 y todavía ve algunos los pacientes un par de veces a la semana. También tenemos un médico maravilloso llamado Shelly Sandifer en nuestra clínica. Ella vino a trabajar con nosotros después de que mi hermana Rebeca falleció tratando de tener a su hijo. El Dr. Sandifer tiene un acento británico/Bajano precioso, un gran sentido del humor, y los pacientes la aman. Practicamos la medicina comunitaria diariamente.

Tratamos a familias enteras en nuestra clínica. A veces no tengo que pedir a los pacientes mucho sobre su historia familiar. Trato a sus tías, tíos, padres, e incluso a veces sus abuelos… es la mejor sensación del mundo. Nuestros pacientes confían en nosotros para cuidar de ellos, y eso es algo que todos tomamos muy personalmente. Cuando decimos, «nuestra familia, tratando a su familia…» es absolutamente en serio.

Todos tomamos un juramento para, ante todo, «no hacer daño». Ha sido difícil. A lo largo de mi práctica como médico, he visto que mientras nuestra academia ha empujado ciertos medicamentos, encontramos años más tarde que han estado causando más daño que bien… eso duele.

He sido testigo del crecimiento del calendario de vacunas desde 16 dosis de 4 vacunas en el nacimiento hasta los seis años de edad cuando yo era un niña, a la recomendación actual de 49 dosis de 14 vacunas entre el nacimiento y los seis años, y 69 dosis de 16 vacunas entre el nacimiento y la edad de dieciocho años… y hemos estado dándolas a tiempo, a veces cinco vacunas al día para ayudar a los niños a ‘ponerse al día’, y todo sin cuestionar. La escuela de medicina y la residencia nos enseña a hacerlo.

Supongo que no puedo evitar preguntarme si hay una conexión entre el hecho de que cuando tuvimos que dar un menor número de vacunas teníamos menos enfermedades infantiles. Es humano preguntárselo. Tuvimos un menor número de problemas de aprendizaje, menos asma, menos autismo, y menos diabetes. El autismo en particular, era de 1 en 500 en los años setenta y ahora se ha disparado a 1 en 50. ¿Por qué tantos? ¿Por qué tan rápido?

Lo siento mucho porque no sabía que el gobierno ha pagado $ 3 mil millones a las familias lesionadas por vacunas a través del VICP (Programa de Compensación de Daños por Vacunas). Como cuestión de hecho, asumí que todas las vacunas eran muy, muy seguras. Tienen que serlo porque las damos a los niños de todo el mundo, ¿verdad?! Lo siento mucho de que no me daba cuenta de que hay decenas de miles de familias en una lista que nunca han recibido una indemnización porque no pudieron probar que el 100% una lesión fue causada por la vacuna (a pesar de que para muchos de ellos se puede determinar con precisión el día y el tiempo en que las luces de sus bebés se atenuaron).

Y hasta hace poco, nunca había oído hablar de un científico de los CDC, el denunciante, llamado Dr. William Thompson (nota, no puedo enlazar a una historia porque incluso el artículo escrito en Forbes se ha eliminado en línea). El Dr. Thompson fue lo suficientemente valiente para salir a la luz, porque su conciencia lo estaba matando. Me siento como un asno ignorante para decir lo menos.

El Dr. Thompson reveló que un estudio realizado en el CDC mostró un aumento del 236% en la tasa de autismo en los niños afroamericanos que recibieron la vacuna triple viral antes de la edad de 36 meses. Afirma que se hizo una decisión interna de cambiar los resultados del estudio para demostrar que no hubo aumento en el riesgo… y se siente muy mal por todas las vidas que han sido arruinadas.

El documental Vaxxed muestra un porcentaje de las cuatro horas de grabaciones de voz entre el denunciante / Dr. Thompson y otro científico. Todo esto sería imposible de creer sin esas conversaciones telefónicas grabadas.

Por supuesto que soy una madre Negra, hermana, tía, primo y amigo. Como médico Negra, con una base de pacientes en su mayoría Negros, estoy muy muy preocupada y lo siento mucho. Pero también me preocupa como persona que ama a todas las personas y niños sin importar la raza. ¿Qué hace inferir esta información sobre una vacuna en un grupo de niños, sobre todas las vacunas y todos los grupos de niños?

Como madre de un nuevo pequeño ser precioso y médico de muchos, me he quedado con tantas preguntas: ¿deben retrasarse las vacunas? ¿Hay vacunas seguras? ¿De ser así, cuáles? ¿Hay más víctimas de las vacunas con lesiones que siquiera conocemos? ¿Debemos hacer que pruebas genéticas se lleven a cabo en todos los niños antes de que asumamos que puedan tolerar todas esas vacunas?

Y mi pregunta más importante: ¿Por qué no hay una citación del Congreso al Dr. Thompson para que podamos realmente saber la verdad acerca de esta vacuna en particular?

Tengo que agradecer Del Bigtree por tomarse el tiempo para mostrarme los datos que yo inadvertidamente estuve fingiendo no ver, y realmente tengo que agradecer al Dr. Thompson. Sin esta información, nunca hubiéramos sabido, y todo habría terminado siendo descartado como una mezcolanza de teorías de conspiración.

Con lo que ahora sé, no puedo apoyar las vacunas obligatorias para los niños. Algunos niños responden bien a las vacunas, pero otros no lo hacen. ¿Cómo podemos estar seguros de quién lo hará y quién no? ¿Debemos sacrificar a uno para muchos? Los padres tienen que tener el derecho a elegir! Los padres tienen que tomar sus propias decisiones informadas. Los padres merecen tener acceso a esta información que ha sido enterrada tan profundo que ni siquiera yo, como médico, había sido consciente.

Me disculpo desde el fondo de mi corazón con todos los niños y padres a los que he hecho daño sin saberlo. No tenía ni idea.

Por favor, hágase las preguntas y hágase el tiempo para ir a ver el documental Vaxxed. Forme sus propias opiniones, haga su propia investigación, y luego hable con su médico. Demande para escuchar del Dr. Thompson, pase esta información a sus seres queridos, y empiece estas conversaciones. Todos merecemos respuestas, y esta es la única manera de conseguir alguna.

La gente me pregunta si tengo miedo de hablar acerca de esto. Mi temor más real es que vamos a seguir asumiendo que estas madres están inventando esto.

Sinceramente,

Dra. Rachael L. Ross, M.D., PhD

 

Lea el artículo original en la página de la Dra.Ross